Drag

En esta consecusión de diálogos con NB, se me vienen a la mente pinturas del pasado. Como si pudiera estar entrando en líneas de significados que antes no podía leer. Una de ellas es ésta, de la serie Espaciales:

En esta pintura expreso cómo la personalidad es, dentro de cierto marco, el cuerpo, una constelación de energías y psicologías compartidas con otras personalidades y, dentro de ella, hay una singularidad. En el centro superior no centrado de la imágen hay un punto blanco, como una luz contenida. En el momento en el que pintaba esta pintura estaba sintiendo un dolor en el alma muy parecido al de ésta semana, como un puñal clavado, cuya punta afilada y helada me sigue tocando. Sonreir no es gratis, lo que siento es mío y lo observo.

¿Qué es este dolor? Quizás fue una pregunta de Sia “¿Cuándo fue la última vez que te sentiste doliente (Josefina)?” y esta pintura se plantó frente a mis ojos.

El contexto de ésta pintura eran mis tiempos como outsider de la iglesia católica o de una clase social media-alta, es decir, seguía cuidando ritos desde religiosos hasta sociales que se me habían hecho muy cotidianos, pero siempre terminando entablando amistad con las personas que caminaban en la periferia de estos grupos, y no de una manera bandálica o rebelde, sino artística y humanística.

Esa noche estaba pintando esta pintura y sentía ese dolor en el alma, quizás porque había alguien a quien amaba que me estaba rechazando justamente porque “hay algo en vos, que no puedo poner en palabras, que me hace sentir o que falta alguien o que hay alguien de más, y no tenerlo claro me deja intranquilo”. Yo no podía definirme queer, no conocía a nadie queer, menos iba a querer esa persona amar a alguien queer, si a largo plazo me dejó porque “te siento que sos del mundo, y yo quiero una chica de pueblo”. Esa persona estaba ausente esa noche, pero la sentía. Posía sentir su atracción y su confusión, como su rechazo desde el ego-masculino. Qué mierda de sensación y cuánta violencia.

Esa noche, caminaba por la casa de Bella Vista, en los tiempos en la que la utilicé como taller. Un grupo de chicos del barrio me la habían pedido prestada para hacer una fiesta para juntar fondos para un viaje al norte chaqueño donde colaboraban con una comunidad. Les dije que sí porque me lo pidio una chica en especial a la que aprecio sinceramente, y otra que había sido modelo vivo en mis pinturas. Pero los que utilizaron la casa fueron otros, por ende los desastres de lo acontecido esa noche. Caminaba por la casa sin saber cómo iba a poder controlar esa situación (me pasé la semana arreglando cosas), pero más me interesaba transitar mi emoción: la de la daga y lo filoso y lo helado y la ausencia presente siendo percibida.

Entonces escuché a alguien comentando algo acerca de una de las pinturas (de mi serie Ciudad Automática) que estaban colgadas en las paredes. Paré y me quedé observando con ellos, eran un grupo de tres personas en la oscuridad a las que tampoco observé mucho. Supusieron que sencillamente caminaba por ahí como cualquier chica en una fiesta y miraba pinturas como ellos. Comentamos juntos la pintura y nos quedamos hablando de arte. No fue hasta unos largos minutos más tarde que les dije que la había hecho yo. La reacción de siempre. Confusión. Descreimiento. Sorpresa. Beneración. Soledad. Lo de siempre.

Pero una persona de este grupo era diferente. No habló, me miró a los ojos. Sus ojos eran para mí suficientes y el dolor pasó mientras los miraba. En la periferia de sus ojos el rímmel, luego la base, luego algun maquillaje de color, los labios pintados, el cabello fantástico y largo, la túnica roja, y la musculosa suelta. Creo que solo ahora, luego de 12 años caigo en la cuenta de que me enamoré de un Drag. Creo que ninguno de los dos sabíamos lo que éramos, pero nos quedamos mirándonos. No necesité más que esos ojos y pese a que nuestra relación sufrió ataques de parte de mi familia y nuestras propias vidas irresueltas, siempre nos seguimos estimando y nos consideramos amigos. Durante esos años le acompañe sin ninguna duda o planteo mental a todos los shows en los que se vestía como mujer, inclusive me alegró tanto cuando hizo unos de sos papeles en un campamento de un grupo interparroquial. Todos me miraban esperando a que me large a llorar, y yo sonreía con toda la paz del mundo. No le hablé de este tema ahora que lo veo tan claro, porque tenemos enseñado no violentar la identidad de las personas (como nos lo hicieron), pero todo tiene sentido.

En la privacidad nuestro mundo no era el normal, lo necesitabamos así los dos.

Por medio de él conocí a Suzzi Essi Izzard:

 

Recuerdo cuando me alteré profundamente cuando no me supo expresar qué es lo que me quería expresar con la canción si no me estaba diciendo algo acerca de mi vida… No pudo responder a ninguna de mis preguntas. Si era un amor lejano, si le había pasado algo a su mama, si yo tenía que aprender algo. Creo que ni él sabía porqué ésta canción sigue siendo su preferida.

 

Durante nuestra relación creé la serie Implosión. Mi madre estaba muy enojada porque había dejado de pintar Ciudad Automática (de Buenos Aires) la cual me daba sustento económico y una carrera de prodigio milagrosa. Yo no iba a dejer de expresarme, sino de qué va el arte.

“Pesadilla en Rosa menor”

El notaba cuánto me dolía la realidad y cómo la pintura era mi mundo de salida, o de entrada, a mí mism. Sin alarmarnos nos acompañabamos. Sigue siendo al día de hoy una persona que me da una paz profunda. Quizás ahora puedo entender porqué una vez una ex pareja, al conocerle porque nos vino a ayudar a montar una exposición de arte, tuvo un ataque de nervios profundo e inentendible. Cuando las personas comparten en paz algo tan profundo, desestabiliza al resto, que en su complejidad binaria se sienten amenazados.

Sueño de siesta

“Es que somos como novios!” me dijo justo antes de que colgase el teléfono cuando me acosté para dormir una siesta.

Sueño de siesta: ” Mi padre maneja la gran camioneta econolyne Volkswagen de vidrios oscuros con la que recorrimos la Argentina y mi madre va de copiloto. Llegamos a un pueblo en el sur de España que está cerca del mar. Estamos buscando el hotel donde vamos a parar. Como quien pasea siguiendo la rambla mi padre maneja por una calle rojiza aledaña al mar.  Sin previo aviso, tras un giro, la calle se vuelve angosta, de un solo carril, plana como cemento liso y muy pero muy empinada. Cada unos 50 a 100 metros la calle vuelve a posición cero. Subimos así cuatro y veces veces la empinada calle. Entonces noto que estamos subiendo por sobre los tejados de todas las casas del pueblo que dan como un gran frontón frente al mar. Estamos como a 1000 metros de altura y la calle es tan angosta como apenas medio metro más de la camioneta para ambos lados, sin banquina, sin protección alguna. En la última subida la calle se había vuelto anaranjada, quemados por el sol los tejados rojizos y por los cuales no podemos transitar porque nos obstaculizan dos chimeneas de barro. Paisaje rojizo-anaranjado terraza ondulante con chimeneas de barro.

Entonces mi padre comienza la marcha atrás. Observo cenitalmente a la camioneta hacer zigzagueos muy peligrosos en reversa, desandando fluidamente la cornisa sin guardabarros de todas esas casas por las que habíamos subido. El estómago se me da vuelta y el vértigo me aturde los oídos. Me agacho detrás de su asiento y cierro los ojos esperando a que el mal momento pase, o que nos caigamos por el borde hacia el precipicio del mar, o que… De un salto salgo de mi escondite valientemente a preguntarle: “Papá, ¿Cómo deseas que te ayudemos?”. Atareado pero amable me pregunta en qué y entonces al mirar por la ventana veo que ya estamos andando por lo bajo, al lado del mar. Sigue consternado porque no encuentra una sola playa que no esté protegida y, por ende, en la que valga la pena estacionar. “¿Cómo que protegida?” Le pr3gunto. Miro mejor y veo que en absolutamente todas las posibilidades de un pequeño espacio de arena para poner un solo pien en el mar y refrescarse con la suave rompiente de las olas contenidas en el arresife, han instalado alambres de púas que cruzan en hileras por entre medio de las olas y los médanos. Las líneas de púas son sostenidas por postes de madera sólidamente instalados, mojados y mantenidos en invierno una vez al año, de cuyas bases crecieron plantas como espinillos amarillos de mar, que refuerzan la protección y le hacen a uno imposible entrar en el mar. “Nos obligan a buscar los lugares que sólo ellos permiten”, pienso. Y seguimos andando. Mi corazón descansa de que el vértigo ya paró, no me preocupa no poder meterme al mar, aunque sí sea un enorme desperdicio de belleza. “

Le llamo y le confieso que no puedo corresponderle.

Luego de la llamada siento cómo las líneas de almabre de púas se deslizan, liberando al mar.

The only reason of binarity is genetic reproduction

L- The only reason of binarity is genetic reproduction.
J- People that are binary, would they have their way of loving affected by it?
L- People who think this way find homosexualoty as a sickness. In their minds it is not able to cope with their idea that it could be different. A lot of people do not have intense feelings they have more like habits, one of them is to have sex. The society says you have to be binary, you need a binary partner and you must have only one. This is to the capitalistic confirmation society, super dangerous for people like you. If people where like you, the capitalist system would not work at all, because no one would force themselves to do what they don’t want. If you are not behaving the way they want you feel decapitated (“Sierva” from my Implosion series), you feel dead. No, you are defending your soul. You are trying to survive, not to be distroyed, not to be reduced to a functional part, femane reproductive parts, one that is happy when a guy smiles at the recongnicing her usable fuctions. Male like this are made to surpress woman. So, please, don’t implode, there is no reason, do not take in the pain. Don’t turn into a part of the system. Your unique caracter is in danger.
J- I hear you and I follow as you say. So, burnout happens when we let the system come too far into us. The thing is… Implosion gave colours to Ciudad Automática. Before it I was painting mainly black and white and sorts of gray colours. After implosion, CA gained colours, although colours in Implosion looked fantastic, until one could really observe the image, the image was a nightmare. Apart from this, CA was the excercise of looking through my own eyes. Someone called josefina that pained to be treated as a woman. Yesterday I was on my bike going to Peseo’s place for dinner with my friend Josefina, a real one, flesh and bones, also an artist, also from Argentina, also my age, algo on a freeelancer artist visa in Berlin, and renews this visa on my same month, fate, our friend Paloma introduced us. I wanted Juan to meet her, don’t as me why. On my way there, I was doinf the excerside of looking through my own eyes, the picture mooving backwards, hiding behind me. Nothing interesting, just flat. And then I thought “Now, look at the image as someone who is inside a female body, feeling the pain of it’s oppresion”. Then the image exploted in meaning.

Me quede con la pregunta: ¿Cómo expresar al mundo desde los ojos de una persona no binaria? Eso era ciudad automatica. Josefina no tenía genero, quizás lo tuvo antes del accidente, si es que antes de los 2 años se puede definir el género, esa conección se perdió para siempre, neurológicamente hablando, o no estuvo nunca.

Mi mejor amiga, Mandarina, me recordó cuando empecé a transicionar en Berlín, me lo dijo con amor y recibiéndome bien: “Jo, cuando en el colegio te decíamos Jose te enojabas, no querías y nos decías “No soy un hombre”, y eso, en ese contexto, era muy extraño, pero para mí tiene sentido”.

L- I need to help you not to implode. Implosion gives me a full image of the amount of pain you where going through as “a woman”.

Poema

Poema

No sé tú, pero yo,
No quiero molestar a los Señoros
Que duermen en camas ajenas.

– Difícil creer que un murciano
Pudiera decir lo mismo
dos veces –

Y tú,
Que rápido te escabulles
En sueños.

 

M. López

Hermana

(FOTO)

Cuando mi hermana se casó me pidio que le haga una pintura hecha por mí.

Compre el bastidor y sobre el mismo empece a dibujar a dos jóvenes mujeres que caminaban una a cada lado de los rieles de las vías de un tren que, traspasando un bosque, apuntarian hacia el infinito. Las mujeres hacían equilibro sosteniéndose agarradas de una mano, que de a ratos tb les haría caer.

Esa imágen describe aún hoy el cómo la vida nos permitió acompañarnos en vidas, que paralelas, y que no se encuentran en puntos fundamentales, aún se acompañan. Nos sostenemos de la mano por libre decisión, caminamos jugando. Inclusive nos hablamos mediante los silencios cuando no pudimos aprobarnos. Cuando algo me toca en lo profundo ella me piensa. Cuando la pienso sé que me necesita. Entonces nos llamamos.

Pero siempre le quise ser honest a mi hermana, y así lo hice, cuando terminé la pintura expresandole lo que de verdad sentía. Ella la r3cibió años más tarde, y al verla, me la agradeció sinceramente.

Un dolor nos hermana.

“Las personas unidas por una tragedia común sienten… con una especie de alivio cuando se juntan”. Antón Chéjov

Dolor femenino

Sia calló de visita a Wilsnakerstrasse sin mucho previo aviso, cómo extraño el rinraje. Grata visita.

S- El cuerpo de la mujer está sumergido en generaciones de dolor. Es una chotada sentir este cuerpo. Entre los ciclos que tiene y el cómo las hormonas nos impactan.

J- Yo a veces siento dolor, pero los ciclos no me afectan en lo más mínimo.

S- Es que vos Jo, sos el ser que no coincide con el sistema capitalista, si hubera más gente como vos desaparecería, yo te entiendo quién sos en parte porque tb me duele este cuerpo y no le entiendo ningún sentido. Mi pareja dista de ser lo predecible, por fuera parecemos dos personas heteronormales, pero no es capaz, a veces, de abrir un picaporte si está sensible por lo que puede significarle la acción.

J- Dicen que de cerca nadie es normal.

S- Pero solo vamos a entenderte los que no lo somos.

J- No todos tienen la valentían de hacerlo.

Sía me recomendó que, si estaba en procesos de análisis de la imágen, que mire este documental:
https://youtu.be/mT5plBL7qvY?si=5t5JVP95zQD-svFy John Berger “Modos de ver” Capítulo 2.

Tigre

El 30% de mi oscuridad se pregunta
Si eso que hiciste fue desde tu oscuridad
Mirada superflua nunca superflua,
Te ojeo de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba
Tu oscuridad es mucho mas grande que la mía
Un 60% … cuidado… te pasas de la media
El ser que ojos no tiene me percibe y vira
Tu antena me lee
La cuota de odio 3s innecesaria
Lo tiro y lo piso, cabe, pequeño, bajo la planta de mi pie
Tanto ego, personalidad bana
Quitarle los tirantes a una casa
Sacarle una pata a la silla
Acortarle un extremo a la mesa
Un tren sin ruedas
Un avion sin turbinas
Te da miedo dejar de ser varón.

¿Qué será eso?

Ella representa lanausenciande ella
Que es ese cuerpo sin forma
O la forma en que deforma las letras
Espera un oasis pero no tiene la boca abierta
Autoperdonarte, tu ciencia
A la sociedad no perteneces
Y tu civilización no me interesa
Mujerzuela (mujer sin esencia de mujer)
¿Qué me miras?

Que si mis nalgas estan en pollera
Te apetece
Si mis muslos estan en short reguetonero
Te quejas
Porque entonces ya no te pertenezco
No cuelgan anzuelos de mis caderas
Y de eso te quejas
De que no te sea
Apetecible
… de verdad? Hasta qué edad?
No sabes qué es amar.

M. Lopez

Sueño escalera caracol de madera

Deni y lutz en el 4to piso, o era el 5to? Tomo en mi mano izquierda el pasamanos de una escalera caracol de madera de no mas de 1 metro de ancho que atraviesa los suelos del hotel anticuario en el centro de la gótica ciudad. Jugando a hacer volteretas con las piernas al bajar por las escaleras, me llama lutz y subo desde el 2dono 3ero de vuelta al 5to piso. Lo veo animosamente hablando, Dani me tira un chiste, río y tomo las escaleras hacia arriba. Empapelados antiguos rehechos a nuevo decoran las paredes y contemplo los detalles de cada zaguán de cada piso de la escalera. Apenas subo dos pisos más y noto, al intentar hacer una voltereta sosteniéndome mediante los dos brazos a cada lado de la baranda de la escalera, que no tan lejos, apenas uno o dos pisos mas arriba, que la escalera esta rota. Un escalon se desprende de los otros escalones cuando agito la escalera con mis movimientos juguetones. Me detengo. Lo miro y muevo la escalera. Qué parte esta suelta? Si yo estoy debajo y me muevo y veo la grieta, entonces peligra más mi lado de la escalera que lo que esté arriba. Pero una sensación me corrige. Es lo que esta arriba que peligra. Solo se puede subir sigilosamente… y quizás luego de subirnya no se pueda bajar. Me muevo bruscamente y compruebo la grieta que separa a un peldaño del otro. Entonces Lutz me llama y bajo uno o dos pisos, bailando ya que esta lejos la grieta y al no subir, no la afecto.

error: This content is protected - Protección de datos