Hoy voy andando en Bicicleta hacia otra noche más en Tangoloft, cuando un pensamiento me atraviesa y, luego de confrontarlo con el cosmos y ver que el mismo me respondía de manera nítida certificandome que el pensamiento estaba en concordancia con miles de variables que existían en ese momento, lo tomo en el cuerpo: “Quiero ser artista en Berlin”. Respiro y pedaleo en silencio. “Quiero volver a ser pintor, interesante… bueno, no tengo mucho tiempo, pero tendré que ir hacia ello.” Eso fue todo lo que pude pensar.
Esa misma noche apareció en Tangoloft un muchacho italiano, muy bonito y con una energía vital activa y atenta. Me contó que era pintor y que se había animado a acercarse a la milonga porque quería aprender Tango. Le comenté de mi pensamiento en la bicicleta y le pedí si podía ver su arte. Relieve de oleo manipulado con espátula en tamaños grandes. Me gustó lo que vi. Seguí trabajando… hasta que recordé que ya había visto esta pintura. Me acerqué y le pregunté conocía a gente de Argentina. Me dijo que claro, había tenido una pareja de Argentina y era, además, su cultura preferida. Hablabamos en español, el cual había aprendido mediante estas dos razones. Le pregunté si conocía a una chica llamada Mica y me dijo que si, la pulga, su Mica.
Mica me había llevado a una cena en la casa de Stephano en diciembre de 2021, cuando mi atelier de arte había cerrado por la segunda cuarentena de Covid y yo me alojaba en la casa de Johnny, cuyo perro había quedado solo en Berlín porque Johnny había quedado barado en centroamérica. Ese perro argentino, Buddy, me dio hogar en los momentos exactos en los que necesité un techo en Berlín y ese tiempo era uno muy especial porque cuidadndo a Buddy viví dos meses gratis en Friederichsain, Berlin.
Durante ese tiempo escribí un Noctorio (recopilación de sueños sucedidos en 8 noches seguidas) y que inició mi proceso de transición, desconección de la matrix más central de mi propia psicología y un Reset total. Durante unas tres semanas estuve en un estado de ensoñación en los que dormía 4 horas, pintaba 8 horas, dormía 8 horas, pintaba 4 horas, dormía 4 horas, pintaba… y durante este tiempo terminé las pinturas “Nena 10” y “WatschahuerStrasse”.
A Mica le llegó en lo profundo “Nena 10” y me introdujo la canción: “La nena no llora” de El cuarteto de nos.
Mica me invitó a cenar en lo de Stephan, donde vivía tb un artista del collage digital llamado Camilo. Recuerdo muy bien que tuvimos una impresión mutua muy profunda, artística y de respeto con Stephan, pero alguna razón Mica decidió que no me pondría en contacto con Stephan cuando le pregunté si podría tener su contacto al día siguiente.
Y acá está él mismo casi 4 años más tarde.
Jo en fascinación por reencontrarnos y Stephano agradecido eternamente porque pudo mediante mi vivencia y los mates a media noche entrar en la psicología del mundo del Tango.